martes, 26 de octubre de 2010

Ser polvo.

Me di cuenta que estaba comenzando a convertirme en un árbol, y lo peor del caso no era que me estaba convirtiendo en un vegetal, sino que estaba frente a un cementerio y no podía moverme de ahí. Hasta que en definitiva termine de morir como hombre y me nací por completo como un vegetal. Los primeros días ubicados frente al cementerio fueron un tanto tenebrosos y un poco aburridos. Tenebrosos porque todavía no me acostumbraba a ver a los muertos salir de sus tumbas y aburridos porque solo los veía a ellos sentados frente a su respectiva tumba haciendo cuentos de cuando estaban vivos. Los siguientes días fueron un poco mas divertidos pero a la vez se convirtieron en días casi insoportables. Había una estupida muerta que se encargaba de hacerme la vida imposible. Se sentaba cada día en mi sombra, y me hacia cosquillas a morir. Aparte de que no encontraba otro lugar mas placentero que mi tronco para ir a hacer sus necesidades fisiológicas. Una noche en la cual estaba muy enfadado, deje caer unas de mis ramas frente a su tumba y la deje trancada para siempre, para que aprendiera a utilizar el poco espacio que su familia había comprado para ella en el cementerio.

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