lunes, 2 de mayo de 2011

Ensayo de Gaspar Ruiz.

                             Gaspar Ruiz: El amor vestido de muerte.


Por: Haydee De Los Santos 4


Para dar inicio, los seres humanos tendemos a pasar y superar una que otras etapas que por cuestión de la naturaleza o de un Dios superior están dispuestas en nuestras vidas.
¿Qué pasa?  En la mayoría de las ocasiones nos gusta tanto un determinado momento de nuestras vidas que hacemos hasta aquello que consideramos imposible, solo para congelar el tiempo y que ese momento nunca termine. Pero, desgraciadamente no todas las cosas nos salen a pedir de boca, ni mucho menos somos los dueños del universo como para hacer que todo se haga exactamente cuando, donde y como queremos. Y justamente en esta parte es donde radica el mayor problema de la humanidad, ya que estamos hechos con unas ganas inmensas de triunfar, y cuando esto no ocurre entramos en un trance de frustración e incluso llegamos a cometer grandes locuras. Se podría decir que esto mismo pasó con nuestro Gaspar Ruiz, amó a Herminia, pero tuvo que morir para saber que ella le amaba por igual, y lamentablemente quedó siendo un Gaspar Ruiz: amor vestido de muerte.

Gaspar Ruiz, al igual que todos los seres humanos, tenía su prototipo amoroso que uno siempre sueña y siempre busca, aunque nuestro protagonista no lo  demostró desde un principio de la historia, ya que antes de todo el amaba a la guerra. A veces nos enfocamos en un amor atento, servicial, cariñoso, sincero, sensible, pero a la vez fuerte, detallista, expresivo, romántico, en fin, un amor perfecto, y no entendemos que la perfección solo se logra cuando se aprende a convivir con los defectos. El verdadero amor nunca es exacto como lo soñamos, porque si tenemos aquello que tanto anhelamos, en algún determinado momento terminaremos por cansarnos y rechazando aquello que pensábamos que nos haría feliz. Nuestro amor verdadero es aquél que llega y se implanta por sí mismo, con todas sus virtudes y defectos, y que a pesar de aquellos deslices, siempre aceptamos lo bueno y aprendemos a convivir con lo malo tratando de mejorarlo. Esto mismo ocurrió con nuestro héroe Gaspar Ruiz, quien a pesar de que Herminia no fuera la mujer perfecta y tuviera sus defectos, el la hizo a la perfección en su corazón, amándola con su inmensa fuerza, hasta que muriera de tanto amor.

Más sin embargo, no todo es color de rosa ni felicidad en el amor; a veces este sentimiento se torna a un gris oscuro casi negro y nos manifiesta inmensos dolores, casi imposibles de soportar. Las personas suelen decir que el amor es maravilloso, pero si no quieres dedicarle tu vida completa a otra persona, y por ende, llenarte de sufrimientos y de angustias, es mucho mejor que no te enamores. Pero en lo que no hemos caído en cuenta todavía, es de que el amor resulta doloroso cuando comenzamos a esperar mucho de una persona y esta no da lo que esperábamos, esto nos desilusiona y nos hiere en un alto grado. Otro asunto que nos puede causar dolor en una relación amorosa son los famosos celos; cuando hay otra cosa de por medio que interfiere y hace que nos sintamos heridos e incluso muchas veces esto llega a causar que nos traguemos pequeños sentimientos que queremos expresar. Sin duda alguna, creo que el mayor dolor que pudo sentir Gaspar Ruiz en toda su vida fue el hecho de que Herminia, la mujer que él tanto amaba, nunca le dedicó un “te quiero” de su boca, haciéndole así  creer que no le amaba.

Por otro lado, dejando aparte aquellos dolores que no buscamos sentir; los seres humanos, todos y cada uno de nosotros necesitamos de ese alguien que nos ame, de ese amor que perdure hasta la muerte. En ciertas ocasiones, resulta de bastante agrado que una persona este pendiente de uno, se necesita de ese alguien que nos haga sentir especial y que nos llene de alegria aquella existencia que en ocasiones se torna pesada. Se necesita de una persona que siempre este ahí para ayudarnos con la carga del día a día, con quien podamos compartir tristezas y alegrías, una persona que nos permita dar y recibir un bello amor. Pero no solo eso, sino que también necesitamos de ese alguien que nos de fuerzas e inspiración para seguir con la lucha que a diario libramos con la vida, todos necesitamos de amor. Y nuestro Gaspar Ruiz no fue la excepción, porque a pesar de que él era fuerte, él necesitó de un empujoncito de Herminia para poder luchar con esas inmensas ganas de ganar y recuperar lo perdido.

Ya para concluir, no quiero engañar ni venderle un sueño falso a ningún lector, muchas veces sin darnos cuenta corremos con la mala suerte de establecer morada en un amor que nos lleva a la muerte. En ocasiones porque nos causan un dolor muy grande que nos provoca una depresión crónica, o tal vez porque amamos tanto y con tanta fuerza que llegamos a cometer locuras que al final nos llevan al camino de la muerte. De este último punto tenemos como ejemplo a nuestro forzudo soldado rebelde, Gaspar Ruiz, él debía de salvar a su esposa y a su hija y si la única manera de hacerlo era arriesgando su vida, lo haría. Al final consiguió todo aquello que quería, ver a su hija y a su esposa libres y oír de los labios de su mujer un te quiero, pero ese amor, tuvo grandes consecuencias, una de ellas: la muerte.  En fin, el amor es solo cuestión de suerte, unos nos harán felices y otros nos sacarán infinitas lágrimas, unos nos darán vida y otros nos dejarán en el sendero de la muerte, solo nos queda pedirle a Dios que no nos convierta en un Gaspar Ruiz, a quien el amor vistió de muerte.        

No hay comentarios:

Publicar un comentario