lunes, 2 de mayo de 2011

Otros 5 poemas.

Cayena.

La vida suele ser injusta,
Me dijo una tarde una cayena,
Nadie ni la veía ni la tocaba
Porque en el jardín había una azucena.

No es justo que todos te rechacen
Y que nadie te sepa valorar,
las cayenas necesitan que de ellas cuidasen
para que su belleza pueda aumentar.

También me dijo que a veces sentía envidia,
Y que de la azucena quería salir,
Que para ella eran todas las atenciones y caricias
Y que la situación ya no podía seguir así.

La azucena era el cáncer de las flores,
Asesina de un amor verdadero,
La cayena se enamoró de uno de los girasoles
Y este la rechazo porque su polen tenía dueño.

Esa conversación fue hace una semana
Y ayer volví a pasar por el jardín,
La cayena había roto una de sus ramas
Porque como quiera de amor iba a morir.

Temores.

Nunca podre imaginar cuando te alejaras de mí
el día en que te marches y te alejes de mí,
te vayas muy lejos sin dejar una pista
y yo salga a buscarte a un callejón sin salida.

Ese día en el que solo viva de tu recuerdo
que me quede buscando en la cortina tus besos,
que me vuelva paranoica hablando con tus cosas
esas que dejaras cuando tus huellas no se marquen en la alfombra.

Ojala y ese día nunca muestre ni tan solo su sombra,
porque sería un día horrible, oscuro, lleno de tinieblas,
pensar en que te iras y quizás nunca vuelvas
me hace sentarme a llorar
y en el llanto mis penas desahogar.

Dicen que soy.

Dicen de mi… dicen de mí que soy la chica más ofrecida de la tierra.
Que soy altanera, prepotente, comparona y que privo en comer mierda.
Que una que otras veces se me sale una personalidad de fresa
y que me gusta recalcarle en la cara a todo el mundo mis posesiones y destrezas.

Me critican hasta el aire mal respirado que respiro,
inventan y hablan barrabasadas de mí, “que me bese con fulanito”.
Que soy inmadura, enojona, loca, hasta a veces que soy barrial,
y que quiero quitarle el novio a una fresa, que es un tanto alza’.

Dicen tantas cosas de mí, pero que me critiquen pues porque sí.
Mas sin embargo, que tengan claro que me vale madre lo que piensen, porque a mi ninguno de ellos me mantiene.

Yo, Gregor Samsa.

Yo, Escaradex, soy uno de los insectos más felices,
soy un escarabajo
y me pusieron el nombre por mis raíces:
Escara- Escarabajo, Dex-Haiidee.

Puedo andar libre donde quiera,
donde nadie me maneja.
Brinco, bailo y también salto una mini cuerda,
y lo más divertido de todo es que nadie se da cuenta.

Ninguna persona me lleva la vida,
haciendo así que mí felicidad sea infinita,
por eso me gusta ser un insecto con insensatez,
y este poema lo escribí yo, Escaradex.

Aparentemente opuestos.

Cuando llegaste a mi vida,
la cambiaste, la llenaste de amor y alegria.
Le otorgue el mismo color a la alegria y el dolor.

Todo parecía igual y a la vez tan distinto,
es que no se si fue suerte o cuestiones del destino.

Te fuiste, te esparciste en el viento como cenizas,
y ahora vivo sin vivir algo a lo que se le llama vida.
Vivo porque respiro sin respirar,
ando deambulando por las calles sin saber cómo caminar,
vivo porque no tengo un acta de defunción,
pero muero porque lloro y me rio sin ninguna emoción.

Es difícil en esta situación saber que está bien,
porque nada es más complicado que hacer y no hacer a la vez.

Vivo muerta y muero en vida,
es muy complicado vivir si del rostro se pierde la sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario